COOPERACIÓN INTERNACIONAL

La nueva imagen de ciudad, la arquitectura visto como elementos interactivos, las nuevas formas de asentamiento en el territorio son aspectos que nos están preocupando cada día más a los jóvenes arquitectos.  Nosotras nos hemos sentido tentadas por estas iniciativas y hemos decidido enfocar nuestro trabajo hacía un entendimiento de una realidad que se encuentra obsoleta.

Decidimos situarnos fuera del ámbito nacional, con ello pretendíamos conseguir unas enseñanzas que nos estableciesen pautas que nos enriqueciesen a partir de nuestro propio contexto. Nos situamos en Tetuan, lugar en el cuál aprendimos de una sociedad fragmentada y en un avanzado proceso de complementación. Una vez que estudiamos la iniciativa que está llevándose a cabo por el Master de Hábitat y Desarrollo. Ellos nos facilitaron una información muy valiosa que estudiamos y compartimos en ciclos cerrados de trabajo. Fue importante para nosotras la idea de límite, adjuntamos una pequeña reflexión que se ha llevado a cabo por una de las componentes del grupo.

Debido a elementos externos que se escapaban a nuestras manos tuvimos que rechazar la idea de poder aportar un trabajo más intenso en la ciudad de Tetuán. Se nos fue comunicado y se nos propuso hacer otra nueva iniciativa que siguiese con los mismos tintes que ya habíamos estudiado. El lugar se sería Larache, y allí seguiríamos con un conjunto de iniciativas que ya han sido establecidas en anteriores actuaciones. Se nos ofrecieron varias aportaciones que podíamos realizar nosotras y decidimos centrarnos en unas estrategias que fuesen sencillas y en las cuales se estableciesen unas pautas de trabajo, pero sobre todo de concienciación y relación con la gente.

Nos centramos en comunicarnos con la población, y más concretamente, con la pequeña población, los niños. La población infantil en Larache es bastante elevada. Hay un alto grado de infantes que se encuentran entre los 2 y 12 años. Ellos iban a ser nuestros compañeros de viaje, nuestros “arquitectos de la pequeña ciudad”.

Vamos a intentar plasmar cuál sería la realidad de Larache, gran parte de esta información se nos fue facilitada gracias a un encuentro que tuvimos con Elsy y pudimos conocer a través de una persona que vive allí, la realidad a la que tendríamos que enfrentarnos. Nos hablo sobre todo de datos que os expresamos en las siguientes líneas:
– Íbamos a tratar con 96 familias, de las cuales 82 estaban plenamente participando en actuaciones que se estaban llevando a cabo en el barrio. Sólo existía una calle pavimentada, pero a diferencia de eso el barrio se encontraba salpicado de plazas que eran tomadas por los niños.  El barrio tiene un área aproximada de una hectárea y media con un alto grado de pendiente (en 180 metros se establece una diferencia de 25 metros).
– Un 30% de las personas que viven allí son niños y tenemos que cuidar un tema delicado como es el de la separación por géneros.  Ese aspecto hemos querido evitar tratarlo pues nos centraríamos en niños entre 2 y 12 años, y la separación comenzaría a partir de esa edad. Ahora no queremos desviar la propuesta en esa dirección, aún así no descartamos la posibilidad de tratarla en el futuro. Otro aspecto es el incipiente proceso de babyboom que esta tomando el barrio, hay un gran número de niños pero sobre todo son niños menores.
– El tema del agua es un tema muy importante para las familias que viven en Larache. Es un elemento que se ejemplifica con la existencia de dos fuentes públicas en plazas. Eso, compartido con la valoración del mar nos ha llevado a crear iniciativas que tengan una relación muy directa con este tema.
– Elsy nos propuso que hablásemos con ellos, que los tratáramos como compañeros de trabajo y no cómo elementos para trabajar con ellos.

Por ello nuestra propuesta es fomentar la participación de los niños y mayores, de establecer unas reglas que sean atractivas para ellos y que desemboquen en un contagio muy recomendable de todo el barrio. Además nos pareció importante que el elemento que alterase la realidad e hiciese pensar sobre todo lo que se puede lograr con poco, fuese un elemento reciclado.

La rueda fue nuestra elección. Nos informamos de todo lo que se podía hacer con ese tipo de material y nos apoyamos en una iniciativa que tuvo lugar el verano pasado en Cádiz. La rueda como material reciclable y de fácil uso. Una iniciativa que pretende fomentar la pintura entre los niños y la estructuración de piezas arquitectónicas que creen espacios y consigan hacer crecer ese germen en el barrio.

La parte para nosotros más importante de nuestro trabajo es lo que aún está por llegar, esa iniciativa de llevar al plano práctico estos talleres en un futuro, esperamos, no muy lejano. Pensamos que una vez que entremos en contacto directo con los niños podremos establecer pautas de acción y formas de organizar una actividad que nos enriquecerá tanto a ellos como a nosotras mismas.

Larache presentación

SUSANA BARQUÍN
BLANCA ESPMERALDA GARCÍA
EUELINA UASILIAUSKAITE
SARA CIMADAMORE