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MARTA LOZANO, ELENA HERNÁNDEZ, MARÍA DE LA CRUZ MUÑOZ

HUERTAS URBANAS Y PERIURBANAS: AEROPUERTO VIEJO Y VALDEZORRAS (SEVILLA NORTE)

La ciudad en su crecimiento desbordado ha ido ocupando el suelo productivo que nuestros antepasados dedicaban al cultivo. Actualmente las pequeñas huertas a pie de calle son inexistentes en las ciudades, pero en los límites de crecimiento aun podemos disfrutar de esa relación campo ciudad que tanto nos beneficia.

En el norte de Sevilla, al lado del Aeropuerto actual nos encontramos con una zona en transición de lo rural a lo urbano. Nos referimos a los barrios de Aeropuerto Viejo y Valdezorras y los terrenos colindantes.

 Estos barrios nacen de un proceso de autoconstrucción. Los propios vecinos han ido generando dos pequeños pueblos al lado de la ciudad, las casas, las infraestructuras, todo se ha desarrollado mediante las asociaciones de vecinos que han luchado siempre por su calidad de vida y se han mantenido gracias a trabajar sus propias tierras.

 Con el paso del tiempo las nuevas generaciones han ido marchándose en busca de trabajo o de mejores servicios y equipamientos, permaneciendo en estos lugares una población de edad avanzada, con pocas aspiraciones de cambio y mejora y que solo pretenden tener una vida tranquila.

Por otro lado, el mercado agroalimentario ha encarecido los precios de las materias primas. El pequeño agricultor ha quedado despojado de todo protagonismo en la venta de sus productos, siendo las grandes superficies tanto agrícolas como comerciales las que se benefician de la venta al por mayor, suponiendo el fin de muchos empleos en pequeñas huertas que ahora si acaso merecen la pena es para el autoabastecimiento.

Como si de un salvador se tratase para algunos agricultores frustrados por las ventas y las plagas de insectos, hace unos años y en plena burbuja inmobiliaria, estos terrenos fueron calificados como suelo urbanizable revalorizándose e invitando a vender a muchos propietarios por una suma importante. Otros tantos fueron expropiados y los que resistieron ahora muchos  están arrepentidos ante el panorama actual.

En un análisis de la problemática, nos adentramos en estos dos núcleos urbanos para conocer la opinión de los vecinos, y descubrimos que eran muy diversas y todos tenían sus propias razones.

En el Camino de los Rojas existen huertas que aun siguen resultando rentables, traspasadas de padres a hijos y dotadas de todas las condiciones necesarias para ser considerado hábitat rural diseminado. Por un error en el PGOU este camino aparece como Zona inundable y los vecinos han reclamado  y demostrado que con el nuevo cauce del Tamarguillo, esto es completamente falso. Actualmente se encuentran a la espera de una modificación puntual en el Plan.

               Mientras tanto, han soportado multas astronómicas por no poder ampliar sus edificaciones, ya que con la calificación actual solo disponen del 5% de ocupación, mientras que al recalificar el suelo como Hábitat Rural Diseminado esto aumenta a un 25%.

Por otro lado, los vecinos del núcleo de Valdezorras en su mayoría trabajan fuera. Están a favor de la propuesta del PGOU para la zona, con la construcción de un IKEA en una zona agrícola, ya que piensan que será un revitalizante económico y creará nuevos puestos de trabajo.

Sin embargo, en el Aeropuerto Viejo distinguimos dos opiniones en función de donde nos encontráramos:  el Barrio Alto o el Barrio Bajo. En el Barrio Alto nos comentaban que las huertas ya no eran rentables, que existían muchas plagas y los precios que les pagaban no les compensaba.  he aquí los arrepentidos que no vendieron en su día y ahora no pueden:

“Si pudiésemos vender, venderíamos y con el dinero compraríamos otra huerta el doble de grande más allá. Además si nos quedamos aquí dentro de unos años estaremos rodeados de edificios y ya la calidad de vida será diferente”

Los jóvenes no quieren seguir con los negocios de las fincas, los que permanecen trabajan fuera y sus hijos no tienen equipamiento ni demasiadas amistades por estas zonas para jugar y disfrutar. Además comentan la inseguridad que últimamente ronda por estas zonas con la llegada de inmigrantes, que a veces resultan no ser de fiar y que acuden al lugar en busca de viviendas económicas.

En el barrio bajo, la zona origen de Aeropuerto Viejo, es donde más sufren la contaminación acústica del aeropuerto, y el Plan no contempla las viviendas en la zona. Los que aún viven allí no tienen deseo de marcharse y les gustaría continuar con la producción de sus huertas, algunas de las cuales aún permanecen como negocio familiar.

Tras el bombardeo de opiniones del vecindario nosotras tomamos nuestra propia postura, pensando en lo que podría ser mejor para la zona y para todos los vecinos. Buscamos una solución que mantuviese activa económicamente la zona, evitando que las personas tuviesen que marchar fuera a trabajar, en las que el equipamiento no faltase y donde la calidad del producto primara por encima de todo.

Para ello, planteamos la posibilidad de reconvertir estos terrenos agrícolas, los olvidados, los de autoconsumo, o los adquiridos por grandes latifundios, en huertas ecológicas, con venta directa al consumidor (huertas de proximidad).

¿Qué es la agricultura ecológica?

Los principios básicos son:

-Trabajar con los ecosistemas de forma integrada.

-Mantener y mejorar la fertilidad de los suelos.

-Producir alimentos libres de residuos químicos

-Utilizar el mayor número de recursos renovables y locales.

-Mantener la diversidad genética del sistema y de su entorno.

-Evitar la contaminación a resulta de las técnicas agrarias.

-Permitir que los agricultores realicen su trabajo de forma saludable.

-Mantener la fertilidad del suelo (incorporando compost u otros elementos). así como técnicas como la rotación de cultivos, el acolchado o cobertura del suelo con paja o hierba cortada, la siembra de leguminosas y el aporte de polvo de rocas.

¿Por qué pasarse a la producción ecológica?

-Máxima calidad .

-Mejora la salud.

-Verdadera economía

-Protege la agricultura.

-Protege el medio ambiente.

-Mayor sensibilización social.

-La política agraria fomenta las producciones.

-Multitud de ayudas.

-Rentabilidad económica

-Satisfacción personal de los agricultores.

Realizamos una comparación con la huerta de Julián y Mari, que está en proceso de conversión a huerta ecológica para poder estimar si el resultado de la propuesta sería satisfactorio, y analizar los puestos de trabajo creados y las cestas que genera.

Por otra parte, pensando en aquellas personas q no quieran someterse a esta transformación porque no les merezca la pena, debido a su edad o a sus aspiraciones. Planteamos la posibilidad del alquiler de huertas, permitiendo que personas que no posean terrenos y vivan en la ciudad, tengan sus propios cultivos para el autoabastecimiento o la venta directa a través de cestas. Sería una buena alternativa siempre y cuando se siga apostando por la agricultura ecológica.

Llevar a cabo ambas propuestas, obligando a transformar la agricultura convencional en agricultura ecológica, sería un proceso largo y costoso, no se obtendría de un día para otro. Sin embargo, es un cambio que sin duda merece la pena y por el cual hay que apostar fuertemente, tanto en este caso en concreto como en muchos otros de huertas urbanas o periurbanas. Estamos inmersos en un tipo de producción y venta agrícola que ya no es sostenible y que es necesario transformar si deseamos que las futuras generaciones puedan disfrutar de los productos de la tierra naturales y tan beneficiosos para el ser humano.

Publicación realizada por:

Marta Lozano Torres, Elena Hernández Barrios y María de la Cruz Muñoz Henares.